La dama y el misterio by Stephanie Laurens
autor:Stephanie Laurens
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2019-03-29T08:50:51+00:00
Barnaby asintió.
—Si es el tugurio al que va a beber todas las noches, el tabernero y las camareras le conocerán y es muy probable que puedan decirnos si estuvo allí.
Stokes asintió muy serio.
—Exacto —miró a las tres damas y después a Montague y a Barnaby—. Así, que, aparte de algunas coartadas predeciblemente inútiles, ¿qué otras cosas hemos averiguado con este ejercicio?
Barnaby hundió las manos en los bolsillos del pantalón y procedió a contestar:
—Dudo que Walter Camberly o Hayden Halstead sean los asesinos. No son capaces de controlar sus expresiones demasiado bien o, al menos, no tan bien como sus mayores, y ninguno de ellos ha reaccionado a la noticia de los asesinatos de una forma que pueda sugerir que es culpable.
Penelope y Griselda intercambiaron una mirada.
—Las damas —informó Penelope—, tampoco han mostrado ninguna reacción ni han hecho nada que sugiriera que estaban al tanto de los crímenes.
—Por desgracia —dijo Montague—, a los varones de más edad me ha resultado imposible interpretarlos —miró a Stokes—. Durante todos los años que llevo reuniéndome y analizando las reacciones de mis clientes, rara vez me he encontrado con… con unos semblantes tan controlados.
Stokes asintió.
—Desde luego. William Halstead parecía el más fácil de interpretar. Se ha mostrado despreocupado y distante, pero, ¿sería una fachada o serían sus verdaderos sentimientos? Dada la habilidad mostrada por Mortimer, Camberly y Maurice para controlar sus gestos, no tengo ninguna confianza en haber sabido interpretar ninguno de ellos.
Montague suspiró.
—De modo que, en lo que se refiere a poner en evidencia a nuestro asesino, podríamos decir que hemos fracasado.
Los demás asintieron malhumorados.
Violet estudió sus rostros y se levantó.
—Creo que nos vendría bien tomar un té. Pero antes voy a hablar con Cook. Tengo que decirle que la familia nos permite marcharnos y desean que cerremos la casa mañana por la noche.
Stokes arqueó las cejas.
Montague pareció preocupado.
Y Violet se dirigió hacia la cocina.
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